Hace tiempo que quería publicar un poco de información sobre las contracciones de Braxton Hicks o también conocidas como “Falsas contracciones”.
Las contracciones de Braxton Hicks suelen aparecer a partir del segundo trimestre – tercer trimestre por lo que si estás de más de 24 semanas ya puede llegar a ser normal que tengas como sensación de endurecimiento del abdomen intenso pero con un dolor muy llevadero.
*Si estos dolores son muy constantes o de intensidad mayor de la normal sería recomendable acudir a ginecología para valorar y descartar que no haya una infección de orina (que suele ser muy frecuente).
Tenemos la gran suerte de disponer de una colaboración que hizo hace ya un tiempo nuestra superMatrona Ana García en colaboración con la web de “MatronasyTu” y a continuación os dejo un enlace para que lo podáis curiosear. A continuación el enlace para ver más información sobre el artículo y algunos puntos claves a destacar.
¿Cómo puedo saber si son contracciones de parto?
A diferencia de las contracciones durante el parto, las de Braxton Hicks no dilatan el cuello del útero. Por lo tanto, las distinguiremos de las contracciones de parto porque:
- generalmente no son dolorosas (si hay dolor, suele ser leve y en el bajo vientre);
- no son regulares (se dan a intervalos distintos);
- no son frecuentes;
- suelen ser cortas (menos de 1 minuto);
- y, lo más importante, normalmente ceden haciendo algo de reposo.
Las contracciones de parto, en cambio:
- son regulares (se dan en el mismo intervalo de tiempo y no se espacian unas de las otras);
- cada vez se hacen más frecuentes (solemos decir que la frecuencia de las contracciones de parto es de unas 3 contracciones cada 10 minutos);
- son intensas, y duran aproximadamente un minuto;
- no se modifican con los cambios de posición (aunque te tumbes, te sientes o estés en movimiento, seguirás teniendo contracciones).
¿Qué puedo hacer para aliviar las falsas contracciones?
Si tienes muchas contracciones de este tipo y te producen molestias, prueba alguna de estos consejos:
- Si estabas tumbada, levántate y da un paseo o cambia tu postura; muchas veces estas contracciones se alivian cuando cambiamos nuestra posición.
- Si estás activa y en movimiento, prueba sentarte y descansar un poco para ver si así ceden.
- El agua caliente es tu aliada: date una buena ducha o sumérgete en agua caliente. El calor relaja los músculos, por lo tanto, también relaja el útero.
Texto adaptado del artículo original en www.matronasytu.com desarrollado por Ana García, matrona en atención primaria de Mallorca (Conectacontumatrona.com)