La casualidad me llevó a la consulta de Rubén Balta, ya que mi primera cita con él fue un poco al azar. Lo que sucedió allí fue que con su simpatía, profesionalidad y cercanía nos ganó al papá y a mí para llevar a cabo el nacimiento de nuestro Àngel.. En cada visita me he sentido bien atendida y he salido con una sonrisa. El día del parto, que fue un poco complicado y acabó en cesárea terminó de demostrar que se puede ser un excelente ginecólogo y a la vez tener toda la sensibilidad del mundo para traer al mundo a mí “Bichito” sonando Rupatrupa de fondo…